Cada día  de construcción cuesta un Perú, dice un arquitecto anónimo. Los tiempos de la construcción dependen de tener todos los elementos en el espacio, en la medida en que se necesitan, las personas necesarias para operarlos, el tiempo de fragua de los materiales, y así, un sin número de necesidades para levantar un edificio.

En China, se dispara la propuesta de crear edificios en menos de un mes. El record, por ahora se lo lleva un edificio que se levantó en 19 días, con 800 departamentos, oficinas y atrios; se encuentra en el sur de China, en las afueras de la ciudad de Changsha.

En China hay edificios monstruosos, la populosa población coloca al límite las estructuras de las ciudades, la utilización del espacio siempre ha asombrado a mundo; los chinos, dueños del ahorro en el recurso espacial, son ahora noticias por el recurso temporal.

La velocidad de construcción, de la mano de arquitecto Zhang Yue, es un bloque de cristal y acero, que en sus propias palabras no competirá en belleza o altura con las grandes torres características de China, pero es viable y sobre todo soluciona el problema del tiempo de construcción y por lo tanto la economía de recursos económicos y humanos.

Llegó la “Revolución modular”, dice el arquitecto Zhang. Consciente que el tiempo es oro, y que los países agravan las crisis de la vivienda por la falta de ella, ha creado este concepto que al menos en su país, por ahora, es más que bienvenido.

El modelo constructivo se basa en ensamblar módulos de acero realizados en fábricas, de tamaño y peso adecuado para el traslado y la manipulación, que además son la forma más barata de fabricar materiales.

Pasada la experiencia, ahora se abocará a construir edificios más altos, más importantes, el crecimiento vertical se impone, ya que un problema recursivo de las ciudades es precisamente el espacio, una cosa es levantar un edificio con todo el espacio y entorno para mover maquinarias y otro en un abigarrado espacio entre edificios en la propia ciudad.

La pregunta crucial, sin embargo, es respecto a la seguridad, en un país donde los terremotos son usuales y en el que a pesar de la construcción antisísmica, miles mueren por año, la pregunta es cómo responderá esta estructura a los estornudos de la tierra.

El arquitecto defiende su proyecto asegurando que es seguro, aunque se deja un margen para darle a la tierra la última palabra, es difícil calcular la situación edilicia en tanto no se está solo en ningún emplazamiento con un solo tipo de estructura.

Por ahora, el constructor alega que la estructura es fuerte, flexible en lo necesario, resistente al quiebre, que son los aspectos que se tienen en cuenta en suelos propenso a los temblores.

Este proyecto, tiene su antecedente en una demostración que se realizó, creando un edificio de 6 plantas en un solo día en una exposición en Shangai, a partir de ahí, el proyecto ha llamado la atención del mundo y sobre todo del financiamiento.

Por ahora, el objetivo del arquitecto, es superar en altura, con su método constructivo a la torre más alta del mundo, el edificio de Dubai, que llevó 5 años, sería sin duda un momento bisagra en la historia de la arquitectura.